Nodosa Shipyard traza la ruta que avala el futuro del naval
Nacida como auxiliar, hoy es una de las empresas más importantes de la ría de Pontevedra. La apuesta por la modernización e investigación ha reforzado la competitividad y captado la atención de los clientes
Las grúas nunca dejaron de rasgar el cielo de Marín. Ni durante la crisis, pero no en la construcción de edificios, sino en los trabajos de mantenimiento y reparación de pesqueros, y en la construcción de nuevos buques. Nodosa Shipyard se ha convertido en uno de los pulmones económicos y laborales de la ría de Pontevedra. Más de seiscientos puestos, directos e indirectos, se vinculan a esta empresa que nació como una auxiliar de Barreras y Ascón y hoy se codea con los grandes astilleros europeos. Esta es la historia de un éxito, que marca el rumbo a seguir por el sector naval gallego. La actual carga de trabajo para más de dos años y diez buques para distintos caladeros recién terminados o en distintas fases de construcción avalan la gestión de esta firma. Rafael Outeiral, director financiero de Nodosa Shipyard, vive con pasión los logros de su empresa. Poco a poco, pero a paso firme, este astillero fue marcando su destino, con tesón, calidad, innovación y una apuesta, a veces arriesgada, por la internacionalización. Eso sí, nunca ha olvidado sus raíces y una buena parte de su cartera de trabajo la destina a la reparación de buques. Así llegaron hace años, por ejemplo, las rehabilitaciones de atuneros vascos que faenan en el Índico. Nodosa Shipyard hace gala de su relación con Galicia y Outeiral recuerda que fue en sus instalaciones donde se construyeron algo más de medio centenar de barcos bateeiros en los años ochenta y noventa. La diversificación del mercado fue una de las metas que han logrado superar. Outeiral señala que la empresa apostó por dos nichos nuevos: las dragas y los remolcadores. Aquí se botó en el 2013 el Moustakbal II, la draga de casco partido más grande que se había hecho en España. «El diseño fue completamente nuestro», aclara Outeiral.Buques para el atlántico surEl Argos Cíes, un congelador de 74 metros de eslora con destino al Atlántico Sur y que se botó el año pasado, es otro de los hitos de la trayectoria reciente. «Es el buque pesquero más grande hasta la fecha para la flota hispano británica», precisa Outeiral. Si en algo destaca este astillero marinense es en dejar buen sabor de boca. Los armadores del Monteferro, otro arrastrero para el Atlántico Sur y entregado en el 2017, quedaron tan satisfechos que han suscrito un contrato para otro buque de características similares. Son dos ejemplos de una gestión estratégica de calidad que posiciona una vez más al naval gallego en el mundo.
Innovación: una mejillonera que procesa el bivalvo a bordo y una draga ecológica
El departamento de I+D+i es una de las joyas de la corona de Nodosa Shipyard. Muchos de sus contratos más importantes han dependido de la calidad técnica que este astillero ha podido aportar a sus clientes como elemento diferencial frente a su competencia. Entre sus proyectos más recientes se encuentra una draga ecológica, probada en la ría y que aplica «un sistema que reduce la turbidez del trabajo de las dragas de succión», manifiesta Outeiral.En acuicultura, y para una firma de O Grove, están desarrollando una embarcación auxiliar mejillonera que disponga de todo el procesado a bordo. En el área ambiental, por ejemplo, están investigando cómo mejorar el proceso de chorreo y pintura de los barcos, mientras que en un ámbito operativo evalúan cómo modernizar el proceso de varada de los buques.
Despistar a las orcas
Otro de los hitos es el palangrero CFL Hunter. Se desarrolló un sistema de propulsión diésel eléctrica y con refrigeración por CO2. Fue especialmente pensado para despistar a las orcas. Outeiral precisa: «La propulsión eléctrica tiene como objetivo evitar los ruidos en las labores de pesca». Añade: «Los palangreros dejan las líneas en el mar, el pescado queda atrapado ahí, pero la abundancia de orcas de ese caladero hace que cuando escuchan el ruido del barco, vayan y lo coman». Con la propulsión diseñada, ese ruido se reduce y las orcas no vienen.
(Fuente: La Voz de Galicia)