Pymar compra Naval Gijón a través de un consorcio con presencia gallega
El astillero asturiano había pasado por situaciones de quiebra y aun acumula perdidas millonarias. Tres astilleros gallegos, Hijos de J. Barreras, Freire y Santo Domingo, junto a Astilleros de Huelva y los vascos Balenciaga y Zamakona integran un consorcio impulsado por Pymar (Pequeños y Medianos Astilleros en Reconversión) para la compra de Naval Gijón, una emblemática empresa de construcción naval , que ya sólo emplea a más de un centenar de trabajadores y acumula unas pérdidas de más de 74 millones de euros. Fuentes de la operación, que se consolidó el pasado sábado 22 de octubre, no han aclarado el importe de esta compra, aunque portavoces sindicales estiman que habrá sido a un precio simbólico (un euro) dada la difícil situación que atraviesa la planta.
El consorcio comprador, Astilleros Asturianos, está integrado inicialmente por seis empresas de construcción naval, aunque está abierto a la incorporación de más firmas asociadas a Pymar.
El origen de esta nueva compañía responde «a la iniciativa de varios astilleros que se plantean, como estrategia sectorial, actuaciones en apoyo de otros astilleros que pudieran presentar cualquier tipo de carencias», explica el propio astillero gijonés en un comunicado emitido esta misma semana.
El astillero ha atravesado dificultades económicas como consecuencia de las pérdidas acumuladas en la construcción de los barcos y ha llegado a estar en quiebra, una situación que le ha obligado a reducir capital social, tal y como exige la ley de Sociedades Anónimas. Ejemplo de estas vicisitudes son los 19 expedientes de regulación de empleo que se han presentado desde su constitución.
El consorcio comprador, Astilleros Asturianos, está integrado inicialmente por seis empresas de construcción naval, aunque está abierto a la incorporación de más firmas asociadas a Pymar.
El origen de esta nueva compañía responde «a la iniciativa de varios astilleros que se plantean, como estrategia sectorial, actuaciones en apoyo de otros astilleros que pudieran presentar cualquier tipo de carencias», explica el propio astillero gijonés en un comunicado emitido esta misma semana.
El astillero ha atravesado dificultades económicas como consecuencia de las pérdidas acumuladas en la construcción de los barcos y ha llegado a estar en quiebra, una situación que le ha obligado a reducir capital social, tal y como exige la ley de Sociedades Anónimas. Ejemplo de estas vicisitudes son los 19 expedientes de regulación de empleo que se han presentado desde su constitución.