Un consorcio de 21 empresas se instala en Brasil para trabajar en los astilleros y la construcción
La filial brasileña de Asime negocia pedidos para ejecutar a través de «joint ventures» El sector del metal gallego busca oxígeno fuera de Galicia y parece haber encontrado una apetecible burbuja de aire en Brasil. Para allí se han ido 21 empresas agrupadas en un consorcio filial a la patronal gallega del metal, Asime, y estos días inauguran una flamante sede en Río de Janeiro, a la par que avanzan negociaciones para trabajar en dos de los sectores más pujantes de la economía carioca, la industria naval y la construcción.
«Las negociaciones están muy avanzadas y hay contratos muy próximos a la vista», asegura Enrique Mallón, secretario general de Asime. Explica que las mayores oportunidades para las firmas gallegas se encuentran en el apoyo a la construcción de buques de todo tipo ligada a la extracción del petróleo.
Mallón asegura que la mayor parte de las empresas desplazadas (13 del naval y 8 de la construcción) tienen el objetivo de crear filiales en el país o bien establecer sociedades mixtas, ya que la política proteccionista del Gobierno que Dilma Rousseff ha heredado del ex presidente Lula da Silva, obliga a las empresas extranjeras a producir al menos un 70% de la carga de trabajo contratada en el propio Brasil.
La patronal guarda mutismo sobre las firmas que en breve podrían constituir sociedades en colaboración con el metal brasileño, a la espera del cierre de negociaciones.
La primera avanzadilla ya está consolidada en el recinto portuario de Suape, en donde la operadora logística Vasco Gallega acaba de abrir una oficina comercial. Hace unos meses, la firma viguesa del metal Ganomagoga comenzó a producir torres eólicas en las nuevas instalaciones montadas en la ciudad de Recife (estado de Pernambuco) en Brasil, en donde tiene previsto producir 500 unidades al año.
Jesús Belenguer, presidente de Asime BC, explicó ayer que la constitución del consorcio filial de Asime es fundamental para explotar las oportunidades de negocio de Brasil en un momento difícil. «Aunque supone un esfuerzo adicional para nuestras empresas, es necesario asumirlo porque Brasil, como economía emergente, ofrece unas expectativas de negocio enormes para el sector metalúrgico», afirmó. (Fuente LA VOZ DE GALICIA)
«Las negociaciones están muy avanzadas y hay contratos muy próximos a la vista», asegura Enrique Mallón, secretario general de Asime. Explica que las mayores oportunidades para las firmas gallegas se encuentran en el apoyo a la construcción de buques de todo tipo ligada a la extracción del petróleo.
Mallón asegura que la mayor parte de las empresas desplazadas (13 del naval y 8 de la construcción) tienen el objetivo de crear filiales en el país o bien establecer sociedades mixtas, ya que la política proteccionista del Gobierno que Dilma Rousseff ha heredado del ex presidente Lula da Silva, obliga a las empresas extranjeras a producir al menos un 70% de la carga de trabajo contratada en el propio Brasil.
La patronal guarda mutismo sobre las firmas que en breve podrían constituir sociedades en colaboración con el metal brasileño, a la espera del cierre de negociaciones.
La primera avanzadilla ya está consolidada en el recinto portuario de Suape, en donde la operadora logística Vasco Gallega acaba de abrir una oficina comercial. Hace unos meses, la firma viguesa del metal Ganomagoga comenzó a producir torres eólicas en las nuevas instalaciones montadas en la ciudad de Recife (estado de Pernambuco) en Brasil, en donde tiene previsto producir 500 unidades al año.
Jesús Belenguer, presidente de Asime BC, explicó ayer que la constitución del consorcio filial de Asime es fundamental para explotar las oportunidades de negocio de Brasil en un momento difícil. «Aunque supone un esfuerzo adicional para nuestras empresas, es necesario asumirlo porque Brasil, como economía emergente, ofrece unas expectativas de negocio enormes para el sector metalúrgico», afirmó. (Fuente LA VOZ DE GALICIA)